Hacemos esta actividad para denunciar el fascismo y el racismo, que de distintas formas y con distintas máscaras, campa a sus anchas por nuestros barrios, engañando y creando divisiones entre las clases populares, y todo protegido por un Estado que bien claro está a estas alturas sobre qué pie se apoya.
El fascismo ha aprendido a camuflarse en colectivos como Hogar Social, Lo Nuestro, Vanguardia Social, etc. , que mediante la tapadera de la “solidaridad” no hacen ni tienen otro fin que propagar sus mensajes racistas y de odio al extranjero o a cualquier persona que no comparta su miserable ideología. También en el ámbito del deporte, han encontrado un lugar para transmitir sus ideas y ganarse el apoyo de buena parte de los aficionados.
Además, es evidente y preocupante cómo, a raíz de la dura crisis económica, la extrema derecha se está desarrollando rápidamente por toda Europa. Concretamente en España estamos viendo cómo, con el proceso independentista catalán, el fascismo está logrando acaparar muchos sectores de la población bajo la consigna y bandera de la “unidad de España”, de la mano de los mal llamados “demócratas”.
Y es que estamos viviendo momentos muy duros. Los derechos democráticos más básicos están siendo aplastados por un régimen que cada vez da un viraje más y más aproximado hacia el fascismo, a una velocidad sorprendente. Presos políticos. Raperos como Pablo Hasel, La Insurgencia o Valtonyc siendo juzgados por “injurias a la corona”. Este último, Valtonyc, ya ha recibido su condena: ¡tres años y medio de cárcel!. Pueblos reprimidos mediante la violencia, raperos y políticos encarcelados, libros y cuadros censurados… ¿En qué país vivimos? ¿Acaso esto es democracia?
¡Basta ya!
Por otro lado, también cabe condenar las barbaridades inhumanas que se viven en nuestras fronteras. Miles de personas que llegan a nuestro país huyendo de la muerte de la guerra o el hambre, son recluidas en pésimas condiciones en campos de refugiados, donde el miedo y la incertidumbre continua siendo una constante. Otras, son devueltas como si de mercancía se tratara.
¿Acaso querer vivir es un delito?
Por todo esto y contra todo esto, el antifascismo ilicitano se ha unido para denunciar y hacer frente al avance del fascismo, que como hemos dicho antes, tiene muchas caras y maquillajes. Porque ninguna persona debe ser juzgada por su lugar de origen, color de piel, creencia religiosa, etc. Porque en nombre de lo que ellos llaman “democracia” se está llevando a cabo una represión y censura brutal que recuerda a tiempos anteriores. Porque contra el fascismo y el racismo siempre responderemos: libertad y solidaridad sin barreras. Porque hoy cómo ayer: ¡No pasarán!
